sábado, 6 de diciembre de 2014

BURKINA  FASO:
LA  PRIMAVERA
FALLIDA

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

"BLAISE FUERA" esa frase pintada en las paredes de la capital burkinesa
graficába el repudio de todo un pueblo luego de 27 años de dictadura.
Un mes después de la rebelión popular que desalojó del gobierno al ex presidente burkinés Blaise Campouré, truncando sus ambiciones de perpetuarse en el poder, las protestas en las calles están en un compas de espera en Burkina Faso. No obstante, la restauración de la democracia avanza a marcha forzada, a un ritmo en el cual no se visualiza una ruptura total con el antiguo régimen. El desenlace no está nada claro, secuela de la gravitante presencia de la antigua cúpula militar en el actual gobierno de transición

En un principio, tanto la Unión Africana, como las potencias tutelares de la región -Francia y Estados Unidos- exhortaron a la junta militar encabezada por el coronel Isaac Zida a entregar de forma rápida el control politico a los civiles, para que constituyeran un gobierno de transición creíble y poder convocar en el lapso de un año a elecciones libres y democráticas. Pero lamentablemente, la conformación del nuevo gobierno transitorio evidencia el poder real que siguen manteniendo las Fuerzas Armadas y la cúpula militar que detentaron el poder en el derrocado régimen autoritario.

Aunque las primeras medidas publicitadas por el gobierno presidido por el coronel Zida, han tenido un cierto impacto positivo entre la población, estas buscarían más un efecto distractivo. La anulación de un contrato de explotación de oro con una empresa minera; la reapertura del proceso judicial por el asesinato del líder burkinés Thomas Sankara o la solicitud de extradición del ex dictador Campouré, han dominado los titulares de la prensa del país africano en las últimas semanas, a pesar que muchas de estas noticias no tendrían resultados concretos.

      “La conformación del actual gobierno, evidencia
              el poder que siguen teniendo las FFAA
           y la cúpula militar que detentaron el poder
               en el derrocado régimen autoritario”

La decisión del gobierno de pedir la extradición de Campouré a su vecino Costa de Marfil, para ser juzgado por corrupción y por violación a los derechos humanos, sería más una medida política para consumo interno, que una real apuesta por la justicia y contra la impunidad. La designación del coronel Zida como primer ministro, ministro de Defensa y hombre fuerte del país, ha mellado la imagen y la credibilidad del gobierno de transición; por eso esta decisión efectista serviría para limpiar su imagen y legitimar su gobierno interna e internacionalmente, aunque sabe perfectamente que dicha extradición no va proceder.

Hace un mes una rebelión popular desalojó del gobierno a Blaise Campouré,
truncando sus ambiciones de perpetuarse en el poder.
Las siempre cordiales y estrechas relaciones comerciales y diplomáticas mantenidas entre el régimen marfileño y el gobierno de Campouré, harán difícil y hasta casi imposible su extradición. Por otro lado, los militares burkineses no verían con buena cara un proceso judicial contra la corrupción y la política represiva del anterior régimen, ya que estas mismas FFAA, durante los largos años de dictadura, estuvieron directamente vinculadas con estos delitos. Y sobre reabrir el caso Sankara, es darle en el gusto al pueblo burkinés, pero por el tiempo transcurrido y por la falta de información confiable, es muy difícil que se llegue a alguna conclusión judicial valedera.

Pero la cereza de este pastel mediático, es la denuncia de un acuerdo con una pequeña empresa minera canadiense para la explotación de oro. Una sonora ruptura de contrato, que estaría evidenciando más, una pugna entre transnacionales mineras, con mucha corrupción de por medio, que una impronta nacionalista de una cúpula militar que siempre defendió los intereses económicos de las transnacionales. 

Este gobierno de transición, que más parece en gobierno de “transacción”, porque las condiciones de su accionar fueron transadas con las FFAA, vive en una paradoja, por una parte mantiene la misma estructura autoritaria y poco democrática, que la une al antiguo régimen y por otra parte, aplica medidas y practicas algo democráticas, para evitar una confrontación con la sociedad civil y la necesaria aceptación de parte de la comunidad internacional.

Campouré se convirtió en pieza clave dentro de la estrategia de Francia
de dominar los recursos naturales de sus ex colonias. 
Para entender esta paradoja, habría que recordar que no era extraño que un régimen como el de Campouré virara tan fácilmente de un ciclo dictatorial a una simulación de democracia occidental, obteniendo prontamente la legitimación de la antigua metrópoli y del gobierno norteamericano. Recordemos, que partiendo de la reforma constitucional, como estrategia, logró una serie de elecciones dudosas y alianzas con un sector de la oposición creada a su medida, garantizándose una estadía de 27 años en el poder. Los brotes insurreccionales acentuados recién desde el 2011, agravaron la estabilidad del país. Sin embargo, para la Unión Europea, Burkina Faso se había convertido en un modelo estable en África, en el niño mimado de Francia en especial, principalmente por cumplir puntualmente con los paquetes de restructuración económica impuestos por los organismos multilaterales de crédito y por entregar al capital transnacional los ingentes depósitos de oro y manganeso.

         “Burkina Faso se convirtió en una pieza clave
           en el dominio francés en la región del Shael
              y Campouré en el hombre de confianza
          de las potencias neo-coloniales de la región”

Durante ese tiempo, Burkina Faso se convirtió en una pieza clave en el dominio francés en la región del Shael (con 25 millones en crisis alimentaria según la ONU), interviniendo en forma directa, bajo la mascarada diplomática, en los conflictos de Malí, Níger o Sudán. Campouré aprovechó la desestabilización regional del África occidental para convertirse en un hombre de confianza de las potencias neo-coloniales.

Un breve vistazo a la participación en la crisis de Chad, República de Guinea o Costa de Marfil revela la estrecha colaboración y la hoja de ruta seguida por la élite burkinesa en base a intereses geo-económicos de las grandes potencias. El papel jugado por el gobierno de Burkina Faso, no se limitó a la disposición diplomática o al envío de tropas, tomó parte de esa plataforma franco-estadounidense que se desplegó junto a otros gobiernos africanos escuderos de la región, para facilitar el paraguas necesario para la famosa Operación Barkhane, para excusa presentada como lucha contra el terrorismo islamista en la zona, pero que encubre la creciente militarización de África.

El coronel Isaac Zida, Primer Ministro, Ministro de Defensa y hombre
fuerte del país, encabeza la misma cúpula militar que detentó
el poder en el anterior régimen autoritario.
La rebelión popular, que tomó la Plaza de la Nación en Uagadugú, hoy llamada la Plaza de la Revolución, no puede entenderse como una simple oposición a la enmienda al artículo 37 de la Constitución (para extender el mandato presidencial), esa masiva movilización popular que venía manifestándose desde meses atrás, se convirtió en un bien organizado movimiento político plural, de rechazo al régimen autoritario imperante. Los diferentes sectores sociales que rápidamente se convocaban, vía redes sociales, para las marchas de protesta en las calles, principalmente de los segmentos juveniles y estudiantiles, vislumbraban ya una agenda más amplia de reivindicaciones, que incluía el cambio del régimen político.

          “La etiqueta de “primavera subsahariana”
          fue desatinada, al obviar las características
         propias de un país abrumado por la pobreza, 
              las seguías y la injerencia de Francia
            en sus decisiones políticas y económicas”

La etiqueta de “primavera subsahariana” o “primavera negra” que precipitadamente se le quiso asignar a la revuelta popular en Burkina Faso, fue desatinada, al obviar las características propias de este país, una nación abrumada por la pobreza extrema, los largos periodos de seguía y el control e injerencia de la antigua metrópoli en las decisiones políticas y económicas. El colapso de Campouré no significó el fin de las desigualdades, ni el renacimiento de la revolución al estilo Thomas Sankara en agosto de 1,983. 

Las potencias occidentales se han encargado de controlar el movimiento, al establecer condiciones hacia la restauración y contención al movimiento popular, en una línea en donde se degrada el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Como lo hemos anotado líneas arriba, los intereses de las grandes potencias, en especial de Francia en esta región de África, son tan importantes y estratégicos que no se van a desprender tan fácilmente de este territorio.

Por lo cual, lo que vamos a ver en Burkina Faso, en los próximos meses, a través del accionar de este gobierno de “transacción”, es la consolidación del antiguo régimen político, con pequeños espacios de libertad y participación ciudadana, una democracia tutelada por las Fuerzas Armadas, es decir un tipo de estructura de poder autoritaria, anti-democrática, alejada de la voluntad popular. Un modelo de sociedad por la cual no luchó el pueblo burkinés, cuando masiva y valientemente salió a las calles hace un mes.



miércoles, 26 de noviembre de 2014


CLAVES  PARA  ENTENDER  LA  VIOLENCIA  EN  NIGERIA

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

"JONATHAN NUNCA MÁS" un cartel de repudio al presidente nigeriano en una de las recurrentes marchas de
protesta contra el gobierno, contra el presidente y contra toda la clase política de Nigeria.

En el informe correspondiente al segundo trimestre de este año, editado por el Fondo Monetario Internacional -FMI-, se señala que en el pasado mes de abril Nigeria desbancó a Sudáfrica, convirtiéndose en la primera economía del continente africano. El país más poblado de África, es ahora también el más rico, gracias a su producción de hidrocarburos.

Esta nación tiene una población de 176 millones de habitantes, dividiéndose esta por mitades, entre cristiana y musulmana. Su economía desde los años sesenta está basada en el petróleo, es el primer productor de hidrocarburos de África. Pero existe, paralela a esta riqueza, una gran concentración del ingreso en un pequeño grupo social. Como lo reporta Oxfam-África, Nigeria encabeza otra lista en África, la del índice de desigualdad, con el mayor número de millonarios, frente a más de 100 millones de sus habitantes viviendo con menos de un dólar al día.

La gran riqueza proveniente de sus ingresos petroleros, no está orientada a cubrir las necesidades básicas de su población, existiendo un 70% de población pobre; lo paradójico es que en Nigeria hoy existe más pobreza, que en el año 1,960 cuando este país se independizó de Inglaterra.

Vista de la ciudad de Lagos, al sur de Nigeria, la capital económica del país.
El ingreso de Lagos es 5 veces mayor al de varios Estados del
norte musulmán. 
Una brecha social pero también geográfica, que en el norte musulmán se agudiza, por la violencia confesional que ha generado, desde hace cinco años, un intolerable clima de terror. Estos problemas tienen un origen socio-político. Existe en Nigeria una élite social, económica, con mucho poder político, que siempre a usufructuado ilegal e impunemente los ingentes ingresos provenientes de la exportación de petróleo, lo que ha producido en ciertos lugares, en especial en el noreste del país, una gran pobreza, donde no se llegan a cubrir los más elementales servicios de la población como: salud, educación, alimentación, fuentes de trabajo. Generándose una fuerte frustración entre los habitantes de esta empobrecida región.

Como vemos, Corrupción política e incapacidad de los gobiernos de turno a la hora de dar respuesta a las más primarias necesidades de la población, ha producido en estas regiones olvidadas una imparable espiral de violencia.

        “Nigeria tiene el mayor número de millonarios,
         frente a más de 100 millones de sus habitantes
              viviendo con menos de un dólar al día”.

Básicamente, Nigeria es un país que cada vez se está acostumbrando a vivir en el caos. Es una nación que tiene pequeños conflictos en muchas partes de su territorio. En este país conviven: bandas armadas que se disputan regiones enteras; sectas religiosas muy violentas; grupos étnicos en pugna por cuotas de poder; diversos conflictos que han rebasado largamente la capacidad de acción del Estado. Lo cual es una respuesta al fracaso del Estado nigeriano, que a pesar de sus cuantiosos ingresos, no le da nada a la mayoría de la población.

Hay que tener en cuenta, que la producción anual de Nigeria llega a los US $500,000 millones superando a la de cualquier otra nación africana y está previsto para que en el 2050 llegue a situarse dentro de las 20 mayores economías del planeta. Pero esta riqueza, como ya lo hemos señalado, se concentra de manera muy desigual, lo cual genera grandes resentimientos, especialmente en el norte, pobre, musulmán y mediterráneo.

Nigeria encabeza otra lista en África, la de la desigualdad, más de 100 millones
de habitantes viven con menos de un dolar al día, principalmente en los
empobrecidos Estados del norte.
El sur de Nigeria es la zona más rica. Allí se encuentran los mayores yacimientos petrolíferos del mundo negro. Esta es la zona que más ligazón ha tenido con occidente y con la cristiandad. Existiendo una gran diferencia social y económica entre los estados del sur y del norte. Un dato que revela el informe de Oxfam-África, es que más del 40% de los bebés de Lagos y de otros estados del sur de Nigeria han sido vacunados. En contraste, menos del 10% de ellos lo han sido en los estados del norte donde opera los fanáticos islamistas. El ingreso promedio de Lagos es 5 veces mayor al de varios estados del norte musulmán.

El norte de Nigeria está dominado por los hausa y por otros pueblos musulmanes. Allí impera desde hace varios años, la ley coránica de la Sharía y en esa región el Islam tiene una presencia milenaria, porque sus pobladores se han relacionado siempre con los mercaderes árabes o han ido a peregrinar a la Meca.

Nigeria es el centro de fuertes enfrentamientos entre etnias y credos. El más conocido de estos episodios de violencia, fue el de Biafra (un Estado secesionista en el sureste del país, proclamado independiente entre 1967-70 donde la mayoría de sus habitantes eran ibos cristianos), cuya independencia fue sofocada brutalmente por el ejército federal. Como vemos, la violencia en Nigeria nace con el país mismo.

     “Existe en Nigeria una élite económica y política,
     que siempre a usufructuado ilegal e impunemente
                los ingentes ingresos provenientes
                   de la exportación de petróleo”

Pero en la actualidad, de todos los grupos violentos que actúan en este país, el más peligroso y desestabilizador, es uno que nacía en el norte, en la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno en el año 2002: Boko Haram. Este grupo de fanáticos islamistas, recluta a cientos de jóvenes empobrecidos, explotando el resentimiento de una de las regiones más islamizadas y paupérrimas de Nigeria ante la extrema desigualdad social y regional.

En la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno, nace en el 2002
la banda armada Boko Haram, que en el 2009 le declara la guerra
al estado nigeriano.
Uno de los objetivos militares que tiene Boko Haram, es destruir escuelas a las que acusa de querer occidentalizar y desislamizar a su país, así como matar cristianos. Por ello han atacado unos 200 centros educativos desde el inicio de su declarada guerra contra el Estado nigeriano en el año 2009. En febrero de este año más de 200 civiles cristianos fueron muertos en distintos pueblos y el 25 de dicho mes 59 escolares varones corrieron igual suerte en un colegio secundario del adyacente estado nornigeriano de Yobe. Estos fueron quemados vivos mientras dormían.

Sin olvidar la más célebre y mediática de sus acciones armadas, el secuestro de las 267 niñas de un colegio cristiano de internas, en la ciudad de Chibock en el sufrido estado de Borno, la madrugada del 14 de abril (leer en este blog: Boko Haram, Las Niñas y El Petróleo). Pero la brutalidad de Boko Haram no tiene límites, recientemente el jueves 20 de noviembre, un grupo de sus militantes fuertemente armados entraron en la ciudad de Azaya Kura, matando a 45 personas, quemaron las casas, robaron comida y animales, en uno de los pueblos más pobres del estado de Borno. Todo en nombre de su plan máximo: fundar un estado islamista o Califato en el norte de Nigeria.

Hasta ahora hay más de 10,000 muertos en el conflicto que se desató hace cinco años con la insurgencia de Boko Haram, sin contar los cientos de miles de desplazados generados por este grupo fanático. Tema aparte es la situación de constante riesgo que corren los niños y niñas nigerianas, el más vulnerable sector de la población, que Boko Haram ha convertido en sus principales víctimas. Según un informe de UNICEF, desde el año 2009 la violencia contra los menores en el noreste de Nigeria ha empeorado, el conflicto ha desplazado a unas 650,000 personas, fundamentalmente mujeres y niños, siendo preocupante el reclutamiento de menores por parte tanto de Boko Haram, como de los grupos paramilitares. Cada vez más niños son usados en primera línea.

Abubakar Shekau líder de Boko  Haram, una de las caras de la violencia
 en Nigeria, que se interconecta con las acciones brutales y represivas
de las FFAA nigerianas 
Pero la violencia en Nigeria tiene muchos verdugos, la barbarie de Boko Haram interconecta con la brutalidad estatal. Nigeria es un país donde constantemente los militares han tenido un rol protagónico, aun en los gobiernos supuestamente democráticos. Estas potestades de los militares, los han hecho desconocer la institucionalidad democrática, generando infames “limpiezas étnicas” y una tradición de matanzas impunes de parte del Estado.

En el conflicto nornigeriano hay más gente asesinada por las FFAA y los paramilitares que por Boko Haram. Según un informe de Human Rights Watch -HRW-, en un solo día -el 14 de marzo del 2014- las FFAA ejecutaron a 600 detenidos. En mayo del 2,013 el gobierno nigeriano decretó el estado de emergencia en tres Estados al norte del país, desde entonces Amnistía Internacional, ha denunciado graves abusos cometidos por el ejército que van desde la tortura, hasta las ejecuciones extrajudiciales y de la que no ha sido ajena la población civil.

Además, HRW acusa también a las autoridades nigerianas de abandonar a las víctimas de Boko Haram a su suerte. En el informe de HRW se lee: “Las mujeres y las niñas que hemos entrevistado representan, tan solo una fracción de las víctimas de los grupos armados, ellas necesitan justicia por esos crímenes, necesitan información sobre acceso a atención medica y necesitan también asistencia sicológica que las ayuden a superar lo vivido”.
              “En Nigeria se mezclan la violencia
        armada del Estado y de los grupos rebeldes,
          con la violencia estructural de la pobreza
            y miseria de las mayorías, alimentadas
           por una élite política inepta y corrupta” 

Human Rights Watch le dedica un capítulo de su informe sobre Nigeria, a la despiadada violencia sufrida por las mujeres nigerianas a manos del ejército y de Boko Haram. Testimonio de mujeres que han verbalizado el calvario vivido bajo el cautiverio de la banda de fanáticos y el desinterés e indolencia del gobierno por estas víctimas. En el informe se señala: “Hemos escuchado de su propia voz historias de mujeres y niñas secuestradas por Boko Haram, pero existe una cultura del silencio y cierto tabú que rodea estos hechos, especialmente en lo que se refiere a la reticencia de la gente de admitir lo que está sucediendo, a la negación de las autoridades de lo que está ocurriendo, por eso decidimos iniciar nuestro informe”. Agresiones sexuales, matrimonios forzados o conversiones al Islam, son algunos de los abusos más habituales.

En Nigeria se mezclan la violencia armada del Estado y los grupos rebeldes
y la violencia estructural de la pobreza y miseria de las mayorías,
alimentadas por una élite política inepta y corrupta. 
Pero frente a esta violencia, un Estado que se niega a ver lo evidente, que por ineptitud, incapacidad o conveniencia, no quiere reconocer el origen de esta violencia y la combate con políticas contrasubversivas que usan el terror y más violencia contra la población. Haciendo uso del terrorismo de Estado.
    
El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, es un personaje que tiene las manos ensangrentadas. Utiliza la brutalidad contra la insurgencia del noreste de su país y con la que sacude en el delta del rio Níger, la zona donde se produce el petróleo y donde actúan grupos de izquierda que llaman a defender la ecología y a una menos injusta distribución de la renta petrolera. Estos últimos han acusado al presidente de haber ejecutado un atentado terrorista el 1 de octubre del 2010 para demonizar a sus oponentes y ganar las elecciones presidenciales de ese mismo año.

Con esta misma perversa lógica política, Jonathan inventó impunemente, en complicidad con el autócrata chadiano Idriss Déby, un supuesto “acuerdo de paz” con las hordas asesinas de Boko Haram, para incrementar sus precarios réditos políticos y presentarse como el pacificador del país, con miras a las presidenciales del mes de febrero del próximo año. Pero con tan mala suerte, que los asesinos de esta banda armada, lo desmintieron perpetrando, en el último mes, el mayor número y los más violentos atentados contra la población del noreste del país.

       “Una población civil atrapada entre dos frentes,
              en una lucha por el poder y el control 
         por los recursos y todo a las puertas de unas
                      elecciones impredecibles”

Una población civil atrapada entre dos frentes, en una lucha por el poder y el control por los recursos y todo a las puertas de unas elecciones impredecibles, en las que el inefable presidente Jonathan persiste por la reelección. Ante este ambiente electoral, hay que tener en cuenta que en los próximos meses la violencia se puede incrementar: ante un presidente que querrá victimizarse, Boko Haram que tratará de sentir su presencia con más atentados y muertos y algunos grupos locales o caudillos regionales, especialmente del noreste nigerianos, que no descartarán apoyar a los grupos armados, con el objetivo de desestabilizar el gobierno del candidato-presidente.

Petróleo, corrupción, concentración de la riqueza y una extrema pobreza extendida; son algunas claves para poder entender la violencia en Nigeria, una violencia que es una condena para la mayor parte de su población.  

   


 


sábado, 8 de noviembre de 2014

ÉBOLA: EL
OTRO VIRUS
MORTAL

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

Aunque ahora ya no es el principal tema informativo en los medios internacionales, el Ébola sigue afectando a los
países de África Occidental, con 10,000 casos confirmados y más de 5,000 victimas mortales.

El escritor francés del siglo XVII Daniel Defoe, autor del entrañable Robinson Crusoe, escribió otro título memorable “Diario del Año de la Peste”, el autor narra allí con angustiosa minuciosidad, las desgracias de una peste que atacó a la ciudad de Londres en 1,665, generando en su población un cuadro espantoso de: egoísmo, discriminación, prejuicios y racismo. Como vemos, no hemos cambiado mucho, por desgracia. Los virus mutan más rápido que nuestras propias mentes.

Como ha ocurrido varias veces en la historia humana, un virus -ese pérfido microorganismo que se burla de los antibióticos- esta asustando a países enteros, a aeropuertos, a hospitales, a ciudades, al mundo. El Ébola ha desatado una alerta de tal magnitud que ahora el recuerdo del VIH o de la H1N1, parece un lejano y leve recuerdo.

A partir de su amenaza, se han hecho visibles otros males que los tuvimos latentes, pero que en la actualidad lucen potenciados, como esa peste que afecto las conciencias de los londinenses en el siglo XVII, el otro virus de la xenofobia, el clasismo, el racismo, el egoísmo extremo. Pero para ese tipo de virus, lamentablemente no hay antídoto, ni cura posible.

En el primer momento de la emergencia, a pesar de sus pocos recursos los
activistas de salud y los médicos de los países de la zona, gracias a su
experiencia, supieron asistir a los infectados.
Aunque ahora ya no es el principal tema informativo en los medios internacionales, quizás por el cansancio de los consumidores de estos medios, según la lógica perversa del mercado; el Ébola sigue siendo una grave amenaza para los países de África Occidental. En la actualidad la cifra de casos confirmados sobrepasa los 10,000 enfermos y de ellos 5,000 son víctimas mortales. Adicionalmente, esta epidemia está dejando más de 3,000 niños huérfanos. Lo cual nos demuestra, que a pesar de la agenda informativa de algunos medios, este virus sigue demostrando su virulenta crueldad.

Manuel Fontaine, director regional de Unicef para el África Occidental y Central, lo dijo con desoladora claridad a fines de octubre, cuando el virus se acercaba a las dimensiones tenebrosas que hoy va adquiriendo: “El Ébola está convirtiendo una reacción básica, como el consolar a un niño enfermo, en una potencial sentencia de muerte”.

              “A partir de la aparición del Ébola,
                 se han hecho visibles otros virus
              que los tuvimos latentes: la xenofobia,
          el clasismo, el racismo, el egoísmo extremo”


Su metáfora se ha hecho realidad en los países más afectados, donde el mal avanza sobre las personas sin piedad. Liberia es la nación más aplastada por esta epidemia, a la que el Consejo de Seguridad de la ONU, ya ha rotulado como “una amenaza para la paz y la seguridad mundial”. Según la OMS en la ciudad de Monrovia, capital de Liberia, han muerto 2,300 personas.

Un reciente reportaje de la cadena Vice News, retrata el drama sin sedantes: hospitales que rechazan a gente que comienza a presentar los síntomas, gente tirada en la calle, sin que nadie se le quiera acercar; enfermos que se escapan de los centros de salud en busca de comida.

Niños, como dijo Fontaine, a los que no se toca, de quienes sus propias familias toman distancia por temor a contagiarse, o huérfanos abandonados, como ha relatado para el diario madrileño El País Massimo Galleoti, un enfermero que trabaja para Médicos Sin Fronteras -MSF- desde la ciudad de Guéckedou en Guinea. Galleoti sigue la ruta de Mary, una niña de 13 años que ve morir a su padre, a su madre y a sus hermanitos, todos victimas del virus. Que también se contagia, que no quiere comer, pero que finalmente sobrevive al trance, luego de soportar días de espanto en un centro de aislamiento, entre lagrimas y desesperanza.

Situaciones análogas se viven en Sierra Leona, donde ciudades como Kenema han sido paralizadas por el avance del contagio. Allí, en solo un día -el sábado 11 de octubre- como lo reportó el diario El País, murieron 121 personas, con lo que la cantidad de víctimas fatales en esa nación, una de las 10 más pobres del mundo, se elevó a 1,287.

En la República de Guinea, donde se inicia el actual brote, los muertos llegan a 1,470. La fatalidad también ha tocado a 370 médicos, enfermeras y personal asistencial que sucumbieron cuando cumplían su deber.

La razón por la cual estos países están ahora destrozados es evidente: se tratan de territorios pobrísimos, que guardan aún las cicatrices de interminables guerras civiles, que por lo tanto, tienen una infraestructura sanitaria frágil, desarmadas para enfrentar una crisis que requiere de centros de internamiento bien equipados y personal profesional especializado.

         “La crisis del Ébola podría significar una pérdida
          de 32,600 millones de dólares para los tres países.
      Por: la disminución del comercio, la caída de los vuelos
      a la zona afectada y la mengua de la actividad turística”

Como lo señalan numerosos testimonios de cooperantes -que cumplen una labor casi heroica en la zona- un brote de estas características es soportable sólo cuando hay instalaciones, recursos y todo aquello que permite que los protocolos de prevención se cumplan a cabalidad.

Anticipándose a las consecuencias el Banco Mundial -BM- ya ha dicho que la crisis sanitaria del Ébola podría significar, para fines del 2015, una pérdida de 32,600 millones de dólares para estos tres países martirizados. Es la lógica consecuencia de la disminución del comercio, principal actividad económica de las ciudades fronterizas en estas naciones, así como la caída de los vuelos a la zona afectada y la notable mengua de la actividad turística.

Se avizora una catástrofe, especialmente para Liberia, un país que sufrió dos guerras civiles devastadoras. Una entre 1,989 y 1,996 y la otra de 1,999 al 2003. Es la zona, por si no bastara, de los tenebrosos “diamantes de sangre”, que en este país y en Sierra Leona justificaron la esclavización de miles de seres humanos sin importarle su género o edad.

La situación es dramática: hospitales que rechazan a la gente que comienza
a presentar los síntomas, gente tirada en la calle sin que nadie se quiera
acercar.
Tan demoledora como la pérdida de vidas humanas y la sangría económica es el impacto cultural, una dimensión que corre por el alma de la gente. El solo hecho que haya niños sin abrazos, gente que no se puede tocar, ni en el momento de la hora final -la gente en África, tiene la costumbre de tocar a los muertos- implica también una dolorosa tragedia. Un cambio radical de una conducta cultural de la población africana, que para el futuro, puede cambiar su forma de relacionarse.

Las justificadas críticas a la ONU y a su organismo dedicado a la salud mundial como la OMS, por su burocratismo, falta de iniciativa ante la emergencia y su rigidez en la aplicación de sus protocolos, contrastan con la meritoria actuación que han tenido las agencias humanitarias internacionales privadas e intergubernamentales, que desde el primer momento de la emergencia actuaron con rapidez y eficacia, sin olvidar a los colectivos de activistas y médicos de los países de la zona, que a pesar de sus escasos recursos, pero con su inmensa experiencia en este tipo de enfermedades, supieron asistir a los infectados desde el primer caso confirmado. 

              “El solo hecho que haya niños sin abrazos,
       gente que no se puede tocar ni en la hora de la muerte,
                implica también una dolorosa tragedia” 

Un caso a destacar es la iniciativa de Cuba, de enviar a la zona afectada 461 médicos y personal asistencial. Además, La Habana preciso que estaba dispuesta a trabajar con especialistas de cualquier país, incluyendo profesionales norteamericanos, lo que sugiere una cooperación libre de prejuicios ideológicos.

¿Esto es suficiente? No en absoluto, durante la reunión del Consejo de Seguridad en el mes de setiembre, en la que se emitió por unanimidad la resolución 2177, que llama a una respuesta mundial “urgente y coordinada”, el Banco Mundial se comprometió a movilizar 400 millones de dólares, mientras el Fondo Monetario Internacional desembolsaría un crédito de 130 millones, está claro que ante las mortales proporciones que esta cobrando esta epidemia, esto es realmente insuficiente.

Lo sabe perfectamente Patrick, un niño liberiano a quien una psicóloga noruega acompaño en su paso por un centro de aislamiento, hasta que superó la enfermedad. Tal vez, el pequeño Patrick no tenía un perro como Excalibur, la mascota española que tanta atención concitó en la prensa mundial. Pero estoy seguro que los niños liberianos afectados por este cruel virus, no gozan de los cuidados, ni merecen la atención de la prensa, como la famosa mascota madrileña. El virus de la discriminación, el prejuicio y el racismo es tan cruel como inmortal.





jueves, 2 de octubre de 2014

BURKINA  FASO:
27 AÑOS SON  MÁS  QUE   SUFICIENTE

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

Como decían los cables internacionales, ese 23 de agosto: "Decenas de miles de personas asisten a las protestas
en Burkina Faso". Ese día los burkineses salieron a las calles a impedir un nuevo mandato presidencial
de Blaisse Compouré.
                                      

                                                    A mis amigos burkineses Salco Jesu y Abdoul Malick
                                             por sus valiosos testimonios y al pueblo de Burkina Faso por su
                                         fe inextinguible en un futuro más democrático y libre para su país.

                                                                           
El próximo 5 de diciembre el mundo recordará la partida a la eternidad de Nelson Mandela, quien ha pasado a la historia no solo por su abnegada lucha contra el apartheid, sino por ser un demócrata y un líder respetuoso del orden constitucional. A Madiba también se le recordará, como el presidente que supo renunciar a un segundo mandato, incluso cuando la constitución le permitía volverse a presentar, demostrando su desprendimiento, generosidad, humildad y su profunda convicción democrática.

Pero en la actualidad lamentablemente, ese tipo de líderes no son muy comunes en África, el devenir reciente del continente, está lleno de mandatarios que se quieren eternizar en el poder. Tenemos los casos de: Teodoro Obiang Nguema de Guinea Ecuatorial con 35 años como mandatario; José Eduardo Dos Santos de Angola (35 años); Robert Mugabe de Zimbabwe (34 años); Paul Billa de Camerún (32 años); Yoweri Museveni de Uganda (28 años) y Idriss Déby de Chad (24 años), por citar solo a los más longevos, quienes han conseguido por ahora, su objetivo de mantenerse en el sillón presidencial más allá de lo razonable.

La experiencia de los últimos años, nos hace ver que una forma recurrente, en que algunos presidentes africanos aspiraran a perpetuarse en el poder, es haciendo uso de los métodos y recursos legales que paradójicamente, les faculta el mismo régimen democrático que ellos desprecian. El uso del referéndum, la consulta popular, la modificación de la constitución por un poder del Estado como el Congreso, son pervertidos o manipulados a su favor por estos gobiernos autoritarios.

El presidente burkinés Bleisse Compouré piensa modificar la constitución
para poder reelegirse. Son más de 27 años que está en el poder.
Es precisamente, el caso de Burkina Faso, cuyo presidente Blaisse Compaoré, lleva más de 27 años en el poder y pretende ahora presentarse a las presidenciales del año que viene para acceder a un nuevo mandato, que sería el sexto desde que en 1,987 encabezara un golpe de Estado y asesinara a su antecesor, el legendario líder revolucionario Thomas Sankara.

Sin embargo, para ello deberá recurrir a un instrumento legal y constitucional como el referéndum, para lograr la modificación de la Constitución que le permita una nueva reelección. Pero esta vez, el presidente burkinés deberá enfrentar un fuerte movimiento de oposición popular, que en numerosas manifestaciones le han hecho llegar el mensaje de la calle; que ya está bien, que el poder tiene un limite, que debe de partir de una vez y permitir la alternancia democrática.

El pasado sábado 23 de agosto, se llevó a cabo una de las más multitudinarias manifestaciones populares convocadas por los partidos de la oposición, para exigir que no se reforme el artículo 37 de la constitución, el que le impide al presidente Compaoré presentarse de nuevo a las elecciones. La oposición asegura que fueron más de 100,000 los manifestantes que marcharon ese día por las calles de Uagadugú, capital de Burkina Faso, para exigir al gobierno el respeto al actual ordenamiento electoral.

         “Una forma recurrente, en que algunos presidentes
               africanos aspiraran a perpetuarse en el poder,
      es haciendo uso de recursos legales que paradójicamente,
           les faculta el mismo régimen democrático que ellos
                                             desprecian”

Portando pancartas y banderolas los ciudadanos, en un ambiente de júbilo marcharon más de 6 kilómetros para hacer sentir su voz. Por primera vez una marcha de la oposición lograba reunir tal número de personas para plantar cara al poder. Como me lo reseñó, dos días después de la manifestación, mi amigo burkinés Salco Jesu, a través del Messenger: “Ese día no lo voy a olvidar, me siento orgulloso de mi pueblo, de su valentía, ya no tenemos miedo, tenemos que luchar hasta el final”. Salco un joven activista de derechos humanos, no podía contener su emoción: “Hemos trabajado dos semanas antes, para concientizar a la gente sobre la importancia de hacer sentir nuestra palabra, el objetivo era llegar al mayor número de personas, en especial a los jóvenes, para ello utilizamos las redes sociales, blogs, twitter y facebook”.  Y lo lograron, la manifestación de ese sábado y de las marchas de los días siguientes, estaban conformadas predominantemente por jóvenes, por la juventud burkinés.

Algo menos emotivo, pero más radical en su posición política, fue Abdoul Malick, profesor universitario y antiguo militante de la Unión por el Progreso y el Cambio -UPC- el principal partido de la oposición, cuando me hizo llegar sus comentarios por correo electrónico: “Ese día se pudo notar que el país ha cambiado, el pueblo ahora está dispuesto a luchar por sus derechos. No queremos a un presidente para toda la vida. Estamos seguros, que no solamente estamos luchando contra Compaoré, sino también contra los intereses económicos y estratégicos de Francia”. Concluyendo con algo muy cierto: “Compaoré es solo un instrumento de Francia, dentro de los intereses geopolíticos que tienen los franceses en África”.

El pueblo salió a las calles en repudio a los intentos reeleccionistas del presidente
 Compouré y revindicando la figura del líder revolucionario
Thomas Sankara.
Luego de estas dos conversaciones, puedo concluir que en Burkina Faso, si no se arriba a un verdadero y serio acuerdo pacífico entre el gobierno y la oposición para que Compaoré deje el poder, se estarían dando los ingredientes para una posible exposición social. Porque la actual “mesa de diálogo” que el gobierno ha convocado, es solo un recurso de distracción para acallar la enorme protesta social.

Y más aún teniendo en cuenta, que el gobierno no tiene las manos atadas, muy por el contrario tienen todo el poder y los recursos para organizar sus propias manifestaciones a favor del referéndum y de la reforma constitucional. Como lo dejaron en evidencia, días después de la marcha opositora, cuando convocaron a nutridas manifestaciones pro Compaoré. Como todo régimen autoritario, el gobierno burkinés a creado una base social a partir del clientelismo político, es decir, la prebenda fácil, la dadiva económica, han sido los instrumento para la formación de un caudal electoral, nada desdeñable, proveniente paradójicamente, de los sectores económicos más pobres y menos politizados del país.

                  “No solamente estamos luchando contra
               Compaoré, sino también contra los intereses
                    económicos y estratégicos de Francia”

Burkina Faso es uno de los países más pobres de África. Con una economía basada en la agricultura y la ganadería dependiendo en buena medida de la ayuda exterior. Sin embargo, su vida política ha sido agitada y albergó una de las revoluciones más emblemáticas del continente africano. La antigua Alto Volta, ex colonia francesa independizada en 1,960, tras un primer gobierno marcadamente autoritario y muy dependiente de las decisiones de Francia, le siguió una larga dictadura de 14 años (1966-1980) y una sucesión de golpes de Estado, hasta la llegada al poder en 1,983 del capitán Thomas Sankara. El llamado “Ché Guevara africano” inicia un proyecto revolucionario de corte marxista que incluyó: la nacionalización de tierras, la lucha contra la corrupción, la negativa a pagar la deuda externa, la apuesta por la educación y la promoción de la mujer, entre otras medidas.

Thomas Sankara inicia un proceso revolucionario que le cambio el
rostro a la sociedad burkinesa, pero esos cambios chocaron con
muchos intereses económicos que luego le fueron cobrados. 
Como era de esperarse, el proyecto político de Sankara tuvo que enfrentarse a poderosos enemigos, tanto dentro como fuera del país. El golpe definitivo le llegó el 15 de octubre de 1,987 de la mano, precisamente de su compañero de armas Blaisse Compaoré, capitán como Sankara y su brazo derecho, quien con el apoyo de Francia, protagoniza un alzamiento militar y ordena el asesinato del líder de la revolución, conduciendo al país hacia la restauración del antiguo régimen, siguiendo las instrucciones de los organismos financieros internacionales. La revolución de Sankara había muerto con él.

Desde entonces, Compaoré no ha dejado el poder. Tras presidir la Junta Militar que llevó las riendas del país y aprobó una nueva constitución, se izo elegir presidente, en unas amañadas elecciones en 1,991. Durante estos 27 años, en donde ha venido ganando comicios tras comicios, como me cuenta Salco Jesu desde Uagadugú: “su régimen se ha visto salpicado por constantes violaciones a los derechos humanos, como persecuciones y asesinatos a periodistas y políticos que no le eran afines, clausurando medios periodísticos y encarcelando a los principales líderes de la oposición; mientras internacionalmente, el presidente comenzaba a jugar un rol cada vez más activo en la diplomacia de la región”.

Está demostrado que Compaoré suministró armas al señor de la guerra Charles Taylor, hoy condenado a 50 años de cárcel por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional, durante el conflicto de Liberia, así como a los rebeldes de Sierra Leona. De igual modo, es sabido que mantuvo estrechos lazas de amistad con el dictador togolés Gnassingbé Eyadema, padre del actual presidente y con el mejor amigo y aliado de Francia en la región, el conservador presidente marfileño Félix Houphouét-Boigny. Estas amistades peligrosas no le impidieron ir adquiriendo un creciente peso como mediador en numerosos conflictos, en los que no siempre supo estar exactamente en el medio, como en el caso de Costa de Marfil en el que jugó un papel clave para el ascenso al poder de Alassane Ouattara con la complicidad de Francia y la comunidad internacional.

           “Compauré es solo un instrumento de Francia,
               dentro de los variados intereses geopolíticos
                     que tienen los franceses en África”

Más recientemente, el gobierno de Compaoré ha sido decisivo en la liberación de rehenes occidentales capturados en el Sahel y Uadagudú acogió el año pasado las negociaciones entre los grupos yihadistas, los milicianos tuaregs y el Gobierno de Mali, en el violento conflicto que se dio al norte de este país. Asimismo, el presidente burkinés ofreció sus servicios de mediador tanto a Guinea Bissau, luego del golpe de Estado en el 2012, como a la República Centroafricana, a raíz de la espiral de violencia desatada en marzo del 2013.

Los jóvenes fueron los más entusiastas participes de las protestas y marchas
pro democracia, quienes utilizaron las diversas redes sociales para
convocar a la juventud burkinesa.
Como vemos, Compaoré ha sabido estar en todos los conflictos, jugando un rol clave en la región, aunque siempre representando y defendiendo los intereses de Francia en el continente africano. Es paradójico que un líder, que está demostrando con sus acciones de gobierno, un estilo autoritario, represivo y antidemocrático, se presente ante la comunidad internacional, como un pacificador, un hábil negociador por la paz, un defensor del estado de derecho. Lo que demuestra, que está ofensiva diplomática y sus recientes  llamados al dialogo a la oposición, solamente los utiliza para lavar su imagen y poder alcanzar su objetivo de seguir usufructuando ilegalmente del poder.

           “Lo que demuestra, que está ofensiva diplomática,
              lo utiliza para lavar su imagen y poder alcanzar
      su objetivo de seguir usufructuando ilegalmente el poder”

Por otro lado y volviendo al tema central que alienta las reciente manifestaciones, el problema actual en Burkina Faso está en el artículo 37 de la Constitución, aprobada en el año 2000 bajo una fuerte presión popular, que exigía limitar los mandatos presidenciales. Entonces se decide fija que estos debían durar cinco años y que el presidente podía ser reelegido sólo una vez, es decir, dos mandatos como mucho. Al no tener carácter retroactivo, Compaoré, que ya había sido elegido en 1991 y 1998, pudo presentarse sin problema a las presidenciales del 2005 y 2010. Hasta aquí todo bien. Sin embargo, a fines del año pasado el presidente anuncia su intención de modificar el artículo 37 mediante un referéndum, lo que en realidad significaba que podía volverse a presentar.

Al frente del rechazo a la reforma del artículo 37 se ha situado la única persona que, hasta ahora faltando un año para las elecciones, representa una alternativa creíble al poder omnímodo de Compaoré, el líder opositor Zéphirin Diabré, presidente de la Unión por el Progreso y el Cambio -UPC-, de él el profesor Abdoul Malick me refiere: “Diabré tiene un origen socialdemócrata, aunque también tiene muchos intereses económicos que defender, tanto tiempo en política su figura se ha desgastado.  Ahora debe lidiar con Rock Marc Kabore del Movimiento por la Gente y el Progreso -MPP- un antiguo colaborador del presidente, que ahora está en la oposición. Creo que en la actualidad a la oposición le falta un liderazgo solido”.

Lo cierto es, que estas masivas expresiones de descontento de la mayoría de los burkineses, evidencian el hartazgo de la población a los intentos del presidente Compaoré de perpetuarse en el poder. Como me lo explicó gráficamente Salco Jesu: “Debemos continuar la lucha en todos los frentes y en todas las regiones de Burkina Faso para defender nuestra constitución y nuestra democracia. Como en un partido de futbol, le hemos sacado tarjeta roja a Compaoré, lo que significa que el juego ya terminó para él; 27 años son más que suficiente”.




jueves, 25 de septiembre de 2014

KAMBALE  MUSAVULI :
“Los problemas de
  África los solucionan
  los africanos”

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto 

ONG humanitarias, congregaciones religiosas y otras organizaciones africanas vienen impartiendo campañas de prevención contra la epidemia de El Ébola en varios países afectados por esta enfermedad.



Si existe una persona más informada y conocedora de la realidad social y política de la República Democrática del Congo -RDC- y comprometida con la defensa de los derechos humanos de su población, esta persona es Kambale Musavuli; nacido en el Congo, como no podía ser de otra manera, joven difusor de la cultura congoleña, activista de los derechos humanos y portavoz de la organización Amigos del Congo. Sus diversas actividades reflejan su compromiso inquebrantable por el logro de la paz y la justicia no solo en su país, sino en todo el continente africano.

Kambale Musevuli joven activista por los derechos
de los africanos, que ahora está comprometido en
hacer conocer la verdadera realidad del Ébola
en África.
Hace algunos días, este guerrero por la paz, se sustrajo de los difíciles problemas que afligen a su país como son: la pacificación todavía esquiva en la RDC, la reconciliación entre las diversas etnias y tribus que conviven en este inmenso país, las inevitables pugnas políticas ante un año pre electoral o las ambiciones, poco disimuladas, del presidente Kabila de perpetuarse en el poder; para fijar su atención en la actual y dramática crisis sanitaria que vive el África Occidental por la epidemia de El Ébola.

En un vídeo que se está difundiendo en la web (Paremos El Ébola: hppts://vimeo.com/106636062) Musavuli llama la atención a los jóvenes africanos, sobre su apatía y adormecimiento ante la catástrofe humanitaria que están viviendo los países afectados y por la falta de interés y compromiso de parte de la juventud, ante los altos índices de mortalidad que está dejando esta enfermedad.

A la juventud africana, pero no solo a los que viven en el continente, sino también a los de la diáspora, Musavuli los interpela con esta pregunta: “¿Son conscientes con lo que está pasando en el continente africano con El Ébola?”

Recordándoles que: “los más de 2,000 muertos africanos por esta enfermedad, no están siendo tomados en serio por la gente y en vez de encontrar soluciones africanas para problemas africanos, piden socorro a los países occidentales para que vengan a solucionarlos”. Lo cual demuestra, en palabras de Kambale, “no solo una alienación de los jóvenes africanos, sino una ineptitud e irresponsabilidad de los gobernantes”.

      “esta crisis nos ha develado: la ausencia de estructuras
       sanitarias, ausencia de educación, falta de liderazgo de
          sus autoridades y la fragilidad de las instituciones”

En este mensaje colgado en la red, el activista congoleño llama la atención sobre la forma que se está abordando esta crisis, “se está dejando a un lado los conocimientos, las técnicas y la experiencia de los médicos africanos, en el tratamiento de El Ébola”.

Musavuli es también un luchador por la democracia. Aquí
en una manifestación contra el el presidente Paul Kagame
y su política expansionista contra la RDC. 
Ahora, lo que nadie informó y que Kambale Musavuli lo mencionó en su momento, es que desde un principio de la crisis, existió una ayuda inmediata de las propias organizaciones de base de algunos países africanos. Comunidades religiosas con experiencia en el tratamiento de esta enfermedad, ONG humanitarias, organizaciones de médicos de la RDC y de Uganda, se trasladaron a Liberia y Guinea a prestar ayuda. Porque hay que tener en cuenta, que existe un conocimiento de esta enfermedad en los países de la zona. Pero lamentablemente, la urgencia y la crisis sanitaria se desbordó.

Esta ayuda proveniente de los mismos países africanos, en un primer momento cumplió su cometido de paliar la emergencia, pero por falta de recursos económicos, por limitaciones logísticas y en algunos casos por falta de liderazgo político de los gobiernos de la región y ante el avance de la enfermedad, era imprescindible contar con el auxilio de las agencias internacionales de ayuda humanitaria. Pero como dice Musevuli: “dejemos que los problemas de África lo solucionen los africanos”.

Otro problema central de su preocupación, es la decisión del gobierno norteamericano de mandar al África, como respuesta a la epidemia de El Ébola, un contingente militar de 3,000 soldados quienes darán, según Obama, soporte logístico a la ayuda humanitaria. “Así que el motivo por el que estoy haciendo este vídeo era previsible, la crisis de Ébola va acarrear una agenda militar para los Estados Unidos”,  dice premonitoriamente.


Los gobiernos que padecen esta epidemia prefieren la ayuda condicionada
de las grandes potencias, antes que la asistencia de las organizaciones
africanas conocedoras de enfermedad.
En otra parte de este mensaje, señala acertadamente que “un problema que va traer la militarización de esta región africana, en un contexto de crisis sanitaria y con medidas como la cuarentena, es el enfrentamiento con la población civil, la generación de violentos disturbios que pueden ocasionar víctimas mortales”. Continuando con este reclamo: “si la única institución que puede solucionar el problema de El Ébola es el ejercito, entonces ¡es el fracaso de la comunidad internacional!”.

En otro pasaje advierte: “la única razón por lo que los Estados Unidos tiene la audacia de enviar a su ejército, es porque estamos permitiendo que los asuntos del continente no sean solucionados ni decididos por los hijas y las hijas de África".

Ahora, habría que tener presente que los verdaderos motivos del envió de este contingente militar por parte de la administración norteamericana, tiene que ver más, con la preservación y defensa de sus interés económicos y estratégicos en el África, que con una verdadera y acertada política de asistencia humanitaria ante una crisis sanitaria que esta saliéndose de control.

                “un problema que va traer la militarización
     de esta región africana, en un contexto de crisis sanitaria,
                 es el enfrentamiento con la población civil,
            la generación de violentos disturbios que pueden
                            ocasionar víctimas mortales”.


Como lo sabe muy bien Musavuli y lo ha expresado en anteriores opiniones, los intereses de Estados Unidos en la región afectada por El Ébola, se expresan: en las enconadas rivalidades comerciales con la Republica Popular China por el mercado africano, dado que las inversiones de la potencia asiática en la actualidad, resultan más útiles y ventajosas para los países africanos. Sin mencionar, los ingentes recursos naturales que tienen los países del África occidental, como: el petróleo de Nigeria; el oro y los diamantes que se extraen en Guinea, Liberia, Costa de Marfil y Ghana; los fosfatos de Senegal y Togo; sin contar las extensas y fértiles tierras que poseen estos países, riquezas naturales que lamentablemente son explotadas por empresas transnacionales, quienes son las únicas que se benefician de estos recursos.

El envío de 3,000 soldados de Estados Unidos a  África solo servirá para
defender los intereses económicos y estrategicos de los norteamericanos
en ese continente.
Ante la abdicación de sus responsabilidades de parte de los gobiernos africanos, Kambale señala lo siguiente: “Deberíamos conseguir que nuestros líderes se consideren responsables, tanto de las acciones y decisiones que realizan, como por las omisiones y compromisos que delegan”.

“La propagación de El Ébola es emblemática de la situación de muchos países africanos, esta crisis nos ha develado: la ausencia de estructuras sanitarias, ausencia de educación, falta de liderazgo de sus autoridades y fragilidad y en algunos casos ausencia de instituciones”, con estas palabras nos da una radiografía de la situación social de muchos países de la región.

Dando finalmente el siguiente mensaje: “el Ébola es una arma contra el pobre, que destruirá al pobre. Y si tú te preocupas de verdad por la gente, si te preocupas por la humanidad, si te preocupas por tus hermanos africanos, deberías prestar toda tu atención a lo que está ocurriendo hoy con el Ébola”.

Como vemos, la sensibilidad humana y el conocimiento cabal de la realidad de su continente, hace de Kambale Musavuli una de las personas con más autoridad moral para hablar de la grave crisis sanitaria que ha ocasionado esta epidemia, este terco activista por los derechos de los africanos, nos señala lo siguiente: "que si se atiende a tiempo, con los medicamentos adecuados, si se le da mayor responsabilidad a los médicos africanos que saben de esta enfermedad, si los mismos gobiernos africanos buscan ayuda prioritariamente entre sus vecinos de la región, si miramos primero al ser humano, podremos salir victoriosos de esta emergencia".

“Lo que necesitamos es humanidad, que se preocupen primero por los seres humanos, si podemos hacer eso, podremos parar El Ébola”, palabra de Kambale Musavuli.